Elegir un buen profesional (Administrador de fincas, Gestor Administrativo, Agente inmobiliario…), que ayude, colabore, gestione y asesore en la puesta en marcha o continuación de un proyecto, negocio, comunidad de propietarios, alquiler o venta de un inmueble, etc. francamente no es tarea sencilla.
Un profesional vende un producto intangible, que no es fácil de medir o valorar y mucho menos comparar, por lo que parece oportuno establecer unos parámetros y sobre ellos comparar servicios.
Lo que a nuestro entender son imprescindibles tener presentes:
1. Precio:
El primero y más evidente sería el precio, lógicamente es muy importante y debe ser tenido en cuenta de forma preferente, pero si se tiene en cuenta aisladamente y como única opción sería un grave error, como la práctica en muchas ocasiones revela.
2. Colegialización:
Como decimos, otros asuntos deben ser tenidos en cuenta, por ejemplo la colegialización de los profesionales, cuanto menos es estas ocasiones un seguro de responsabilidad y un colegio profesional responderán por su labor.
3. Formación:
La preparación actual y futura, estar al día es vital, en un entorno tan cambiante como el actual. Nuevas normativas y exigencias aparecen constantemente y descuidar las mismas puede ocasionar un grave error para los clientes.
4. Equipo:
Rodearse de profesionales y colaboradores que complementen trabajo y puedan ayudar en la gestión, directa o indirectamente a los clientes es un pilar fundamental y cada vez con más importancia.
5. Experiencia:
La experiencia es un grado y no una simple frase, el contar con un calado lo suficientemente amplio, resulta imprescindible para maximizar resultados y agilizar trámites.
6. Medios:
Contar no sólo con un equipo que respalde y colabore sino con unos medios que permitan desarrollar la labor y con una relación fluida con los clientes es algo fundamental.
7. Personas:
En definitiva, los negocios, las empresas, las gestiones, son llevadas a cabo por personas es fundamental una buena sintonía entre las partes de no ser así y como inversión de futuro para ambas es mejor no iniciar relación mercantil.
Y todo ello no parece fundamente porque cuando no hay problemas o dificultades las cosas pueden ir saliendo más o menos bien, la cuestión es cuando surge un imprevisto de cualquier magnitud y la capacidad profesional debe aflorar y hacerse valer.
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